DIOS CREÓ AL HOMBRE
DIOS CREÓ AL HOMBRE
EN LOS ORÍGENES
¿Qué opinas?
– En las fotos puedes ver distintas familias. ¿Puedes
relacionarlas con diferentes culturas? ¿Con cuáles?
RTA: Si, diferencio una familia Nuclear y una familia de cultura indígena.
– ¿Qué características definen a las familias
colombianas?
RTA: El amor, el afecto, la comprensión , el respeto, la tolerancia, la comunicación.
– ¿Qué sabes de la vida familiar en tiempos del
Antiguo Testamento?
RTA: La estructura familiar prevaleciente en el Antiguo Testamento era la patriarcal, donde el padre era quien tenía poder sobre todos los demás miembros de la familia, su mujer y los hijos dependían de él y le debían obediencia.
Lee el texto del Beato Juan Pablo II
1. En qué no parecemos los seres humanos a Dios?
RTA: En que fue creado a su imagen y semejanza con amor.
2. Cómo podemos vivir nuestra semejanza como hombre y mujer?
RTA: Respetándonos, valorándonos y obedeciendo los mandamientos de Dios.
TÍTULOS DE LAS LECTURAS:
1. Y DIOS CREÓ AL HOMBRE Y LA MUJER
2. LAS PERSONAS SOMOS IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS
3. HOMBRE Y MUJER LOS CRÉO
4.EN EL PRINCIPIO YA ERAMOS UNA PAREJA
5. LOS FINES DEL MATRIMONIO EN LA CREACIÓN
MAPA MENTAL:
María D. Mazzarello nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese (norte de Italia). Era una chica alegre, sencilla, amable y fuerte a la vez, entusiasta y muy trabajadora. Además de ayudar a su madre en las tareas de casa y a cuidar de sus hermanos (era la mayor de 9), trabajaba con su padre en la viña y tenía tiempo para ayudar a otras familias del pueblo, ser catequista de su parroquia y hacer grupos festivos con las niñas y jóvenes de su pueblo. Se abrió a la fe acompañada por sus padres y por su sabio director espiritual don Domingo Pestarino.
Con 15 años se inscribió en la Asociación de las Hijas de Mª Inmaculada y se abrió al apostolado de las chicas del pueblo. La grave enfermedad del tifus contraída a los 23 años tuvo en ella una fuerte resonancia espiritual: la experiencia de la fragilidad física, que por una parte la llevó a un abandono más profundo en Dios, y por otra la impulsó a abrir un taller de costura para enseñar a las muchachas el trabajo, la oración y el amor a Dios. María, todavía convaleciente de la enfermedad, tuvo la visión de un colegio con numerosas niñas y jóvenes y oyó una voz que le decía: “A ti te las confío”. Fue María que le encomendaba la misión.